Herencia (Todos los participantes)

El abogado volvió a ojear la carpeta donde descansaba el documento de la reciente fallecida señora Miller. No se había esperado jamás aquello. Sabía que aquella mujer había dado grandes sorpresas al mundo, hacíendo cosas inimaginables. Pero eso sí, todo con clase, incluso hasta el testamento.
Entro en el despacho que funcionaria como centro de juntas esperando a todos los participantes en la herencia que habían sido llamados a asistir con un sobre certificado.
Se sentó en el sillón de cuero que presidía la mesa y observó tanto a las mujeres como a los hombres entrar por la puerta acristalada.
Se sorprendió por segunda vez en no reconocer en ese grupo a otros grandes actores y famosos; también había gente normal que no tenía más que un trabajo justo y un sueldo bajo. Carraspeó llamando la atención de los presentes que tomaron los asientos mientras Cuvier comenzaba a hablar. Lo hizo con voz neutral no dejando ver a las claras sus sentimientos.
-Señores y señoritas; lo que nos a reunido aquí es una gran catastrofe. Hemos perdido una de las mejores personas que ha conocido este mundo e incluso el universo. Liliam era una mujer trabajadora, solidaria y buena madre. Ademas de que trataba a todos con el mayor de los cariños.-tosió y bebió algo de agua del vaso que tenía al lado antes de proseguir.-Lo que legó en su último aliento me ha sido otorgado para darselo a conocer a ustedes. Como todos sabreís tenía un gran capital económico el cual a sido dividido entre todos los presentes. Pero hay una miniedad bastante...complicada.- Cuvier se sentía inutil; sin palabras para describir esa rareza.- Lo que mayo beneficio genera y seguirá generando con su buena gestión es la cadena de ropa y de moda Miller. Por supuesto ese legado debería ser controlado por Brooke, su hija....pero ella quiere que entre todos ustedes llegen a un acuerdo y se dividan ese capital financiero, por diversos...contratiempos.- el hombre miró rapidamente alas dos gemelas y suspiró tomando los papeles de la carpeta en sus manos.- Aquí esttato su firma como sus condiciones, todo esta legalizado. Según Liliam todos os mereceís una gran parte, como ella no pude cuidaros ahora, quiere que entre todos lo hagaís. Aunque sea de esta forma.
Cuvier se volvió a sentar esperando las reacciones. No podía explicarlo mejor, dejaría en sus manos la situación y observó como los presentes leían el documento.

Aquel día era la reunión para hablar de la herencia de mamá; todo aquello me superaba y no sabí que hacer.
Me puse una falda negra de talle alto con una camisa blanca y unos tacones negros, cogí las gafas de sol y me metí en el coche negro de lunas tintadas que me llevaría al lugar de la reunión, no sin antes darle un último vistzo a la´enorme mansión que se alzaba ante mi; después de aquella reunión no sabia que pasaría con ella.
Bajé del coche y los flashes empezaron a dispararse, los agentes de seguridad me abrieron paso entre el tumulto de gente hasta la entrada.
Una vez dentro me dirigí al ascensor presionando el número de la planta que era mi destino final; estaba nerviosa y como siempre, empecé a apretar el bolso de mano negro entre estas.
La secretaria me reconoció y me informó que la reunión ya habí empezado; sonreí y asentí con la cabeza. Pasé delante de la puerta cristalizada y vi a mucha gente en aquella saa, una pequeña confusión acudió a mi....¿qué hacia toda esa gente allí?
-Siento el retraso, pero tuve algunos inconvenientes para entrar....-dije mientras me quitaba las gafas de sol en el comienzo de la entrada

Escuché una voz que se dirigía a mi y me giré en su dirección; me llevé una mano a la boca para no gritar al ver a aquella chica, era igual que yo.
Sentí como todo empezaba a dar vueltas mientras que en mi mente se repetían una y otra vez las palabras de la morena donde me llamaba hermana...eso no podía ser verdad; o por lo menos era de lo que me trataba de convencerme a mi misma

Abracé a mi amiga y me separé un poco de ella mirando seria a mi primo, ¿es que no se daba cuenta de la intensidad del problema?...pero al fin y al cabo no podía decirle nada, era mi primo favorito.
Con ayuda de Lucy fui hasta uno de los grandes sillones de cuero negro y tomé asiento; asentí con la cabeza al abogado para que continuara con la lectura del testamento de mamá, todo aquello era irreal...

Estaba ahi desde hace un buen rato. Claro que, con los ojos más rojos de los necesarios. Vi como llegaban todos, uno por uno. Aquellos que me alejaban de la herencía completa, especialmente aquellas gemelas que se estaban reencontrando. Por lo menos una me estaba sirviendo demasiado.
- ¿Lindo lugar para conocer a una hermana, no? - Dije con sarcasmo, mirandolas a ambas y guiñandole un ojo disimuladamente a April.

Me acerque a April y la cogi del brazo, alejandola con suavidad de ahi. - Recuerdalo April, por lo menos podras sacar algo bueno de esto. - Susurre en su oido, ella sabía que tenía razón. - Asi que comporate un poco. - Me volvi a sentar en el sillón, haciendole sitio.